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  • Paulina Monarrez Córdoba

El legado de Santa Margherita continúa con Stilrose


La cosecha más versátil y encantadora de la bodega llega a México y nos brinda las notas perfectas de frescura, pasión e innovación.

El origen de Santa Margherita está situado en viñedos que datan de la época del Imperio Romano, donde el agua de los Alpes italianos atraviesa grandes colinas bañadas por el sol, en dirección al Mediterráneo. Es el campo veneciano, un territorio donde se crean reconocidos vinos del varietal Pinot Grigio, bajo el respeto a la naturaleza, la tierra y la gente que los produce.

Es la versión rosada de Santa Margherita y llega a México para cautivar a los paladares más exigentes de las nuevas y jóvenes generaciones. Es refrescante y divertido, el acompañamiento ideal en las mesas de las terrazas o de las reuniones casuales.

Su origen, la Riviera del Garda (norte de Italia), lo dota de las variedades de uvas Gropello, Barbera, Sangiovese y Mazermino. Esta región italiana es una de las zonas con mayor vocación para los vinos rosados en el mundo, debido a sus veranos largos y calurosos, inviernos cortos y tranquilos, lluvias ocasionales y brisas delicadas que provocan viñas abundantes. Este maravilloso microclima permite a la uva Groppello expresar su mayor potencial en términos de perfil de degustación.

Lo interesante de este vino es que una parte se vinifica como un rosado tradicional, con un suave prensado de las uvas, mientras que el resto experimenta una ligera maceración en pieles durante 10 a 12 horas. Estas dos porciones se vinifican por separado, fermentando a una temperatura controlada de entre 18 y 20° C en depósitos de acero inoxidable durante 8 días. Después de esto, los vinos maduran durante unos meses en contacto con sus finas lías. Posteriormente se mezclan y se embotellan.

Santa Margherita Stilrose posee un sutil color rosado y tiene un aroma floral con notas frutales de naranja, fresas del bosque y ligeros toques de lichi y jengibre que lo hacen un vino elegante y complejo. Al paladar es fresco y vibrante, de gran dinamismo gracias a sus matices de bayas salvajes y dulces especias. Además es ideal para la hora del aperitivo, puede servirse en una entrada con carnes frías o pescado. Es un excelente acompañamiento de platillos con ingredientes de color rosa como camarones o salmón, o bien de la cocina oriental.

Un vino rosado chic y perfecto para compartir con los amigos durante los días cálidos, con lluvia, pero también para tomarse en cualquier otro momento.

¡Salud!

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